El castaño es el símbolo del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, tal y como puede apreciarse en el emblema que lo identifica: un erizo espinoso y una hoja de castaño. El castañar ocupa el 3% de su superficie y se extiende por la vertiente norte de la Sierra, entre Aracena y Almonaster, formando un bosque casi continuo y componiendo una estampa inigualable durante todo el año, pero especialmente mágica con la llegada del otoño. Todo un espectáculo para los amantes de la naturaleza, que no deben perderse cualquiera de estas rutas para disfrutar de la magia del castañar de la Sierra de Aracena este otoño.
La Sierra de Aracena es una comarca estrechamente vinculada al cultivo del castaño. La presencia de este árbol, introducido en la serranía onubense durante el periodo de la Repoblación (siglo XIII), ha forjado una cultura en torno al árbol y a su fruto en buena parte de los pueblos de la Sierra de Aracena, como Los Marines, Aracena, Galaroza, Alájar, Castaño del Robledo o Fuenteheridos, que conservan fiestas y tradiciones estrechamente ligadas a la temporada de la castaña.
Actualmente, el castañar de la Sierra de Aracena ocupa una extensión de entre 4.700 y 5.000 hectáreas, lo que supone una población total de alrededor de 270.000 castaños. Se trata además de un bosque muy antiguo. La edad media de estos árboles está entre 350 y 400 años, aunque algunos ejemplares se acercan al milenio. El 90% de la superficie está ocupada por tres variedades principales, que son, en orden de mayor a menor abundancia: “Ancha”; “Helechal” y “Comisaria”. El restante 10% lo ocupan las variedades “Temprana o Sanmigueleña”; “Pelona del Barranco de los Nogales” y “Vazqueña o Dieguina”.
La cultura en torno al castañar de la Sierra de Aracena es tan fuerte entre el hombre y el árbol que incluso sus calendarios están estrechamente vinculados. Las distintas labores de poda o ‘desmoche’ (con la que se rejuvenecen las ramas y se garantiza así una mayor productividad), el arado del terreno y demás cuidados para garantizar una mejor cosecha llenan de contenido la primavera y el verano, etapas en las que el castaño se viste de un verde intenso y comienza a desarrollar sus flores, que contrastan por su forma alargada y ocre.
Al comenzar el otoño, la Sierra de Aracena experimenta un cambio radical en el paisaje debido fundamentalmente por las tonalidades del castañar, que pasan del verde brillante de la primavera y el verano, al pardo suave que envuelve el bosque con las primeras lluvias.
La maduración del fruto en el interior de sus caparazones espinosos hará que caigan al suelo, momento en el que puede iniciarse el ‘apaño’ o recolecta manual de la castaña, un periodo que garantiza empleo para muchos de los habitantes de la Sierra de Aracena. Las cuadrillas de ‘apañaoras’ (generalmente son mujeres) se reparten por cada finca para recolectar la cosecha, que es transportada a la cooperativa de Galaroza para su distribución a los mercados nacionales e internacionales.

Recolección de castañas en la Sierra de Aracena
Las castañas tienen dueño, aunque estén tiradas por el suelo. El robo de castañas es uno de los mayores problemas a los que se enfrenta este sector artesanal. Cada temporada se pierden toneladas y toneladas de castañas en estos hurtos, facilitados por la accesibilidad que presentan los árboles desde las carreteras. Si contribuyes a ello pondrás en riesgo la economía de muchas familias.
Una vez se culmina la cosecha, la temporada no termina. Ahora caerán las hojas por completo y los árboles quedarán totalmente desnudos, con sus ramas hacia el cielo, componiendo una estampa de gran atractivo también en el invierno, en el que los castañares se muestran vírgenes.
Y si importante es para el hombre la presencia del castaño, no lo es menos para la avifauna del Parque Natural, que aprovecha su presencia como cobijo, sombra e incluso alimento. Zorros, ginetas, gatos monteses, comadrejas, mirlos, abubillas, currucas o rapaces nocturnas, como el mochuelo, la lechuzas o el cárabos son habituales en este territorio.
Rutas para disfrutar de la magia del castañar de la Sierra de Aracena en otoño
1) Una ruta a través de la N-433 entre las localidades de Aracena y Los Marines es el mejor escaparate posible para conocer un poco más sobre el castañar de la Sierra de Aracena. Y cuando decimos que lo llena por completo es porque los 6 Km que separan ambas poblaciones están inundados literalmente por castaños. Centenares de ejemplares de gran altura y enormes troncos retorcidos llenan por completo la superficie de estas explotaciones agrícolas de carácter familiar, en las que sus propietarios cuidan con mimo a este árbol, una labor heredada de generación en generación.
El castañar es una de las especies estrella del término de Los Marines. Para conocer un poco más su disposición en la orografía escarpada de estas sierras podemos recorrer la ruta de senderismo que asciende al Alto del Chorrito. El sendero, de unos 4 Km (ida), nos conduce hasta Linares de la Sierra por el barranco Valle del río Silo.
2) El sendero señalizado Aracena-Fuenteheridos, con parada también en Los Marines, permitirá a los más aventureros realizar una parte de esta ruta de la castaña a pie. Son algo más de 11 Km los que separan ambas localidades, sin embargo, el esfuerzo se verá recompensado con el disfrute de un paisaje distinto a cada paso. Castañares, dehesas, bosques riberas, robles melojos y huertas componen esta ruta de senderismo.

El castañar de la Sierra de Aracena en otoño
3) En nuestra ruta del castañar de la Sierra de Aracena no puede faltar una parada en Castaño del Robledo, población a la que llegaremos por la carretera HU-8114 desde Fuenteheridos. A lo largo de estos 6 Km nos veremos de nuevo envueltos por el castañar, que se agolpa durante todo el recorrido ondulante, adaptado a un terreno abrupto que también comparte con robles, pinos, y fértiles huertas y frutales.
4) Para cerrar este recorrido por el mundo del castañar en el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche realizaremos el sendero señalizado Rodeo al Cerro del Castaño, una ruta circular de unos 5,5 Km, en la que nos adentraremos en uno de los puntos más altos de la sierra (962 metros). La altitud y las elevadas precipitaciones han permitido que se desarrollara en Cerro del Castaño un bosque mediterráneo propio de zonas húmedas y umbrías. Sólo aquí se puede hablar de la existencia de un bosque de robles melojos, motivo por el que este paraje en las alturas goza del mayor estatus de protección dentro del parque natural.
Si quieres conocer más acerca del cultivo del castaño en la Sierra de Aracena, apúntate a nuestro TALLER.